La voz de la red

Cortesía: Victor Solano

A Rosa Elvira Cely la ultrajó el hombre que ha perdido su humanidad, las inconsistencias de un sistema cada vez más débil y absurdo, la mataron; pero la red la salvó del olvido, le devolvió una voz que le había robado la violencia, y de una u otra forma, despertó a un país que ha caído en la indiferencia de la costumbre. 

Hace menos de una semana, la historia de Rosa Elvira Cely conmovió hasta los corazones más duros del país, y puso en evidencia, no sólo un incremento potencial de la violencia contra la mujer, sino las falencias de un sistema policial, judicial y de salud, que cada vez se queda más atrás, llegando a los bordes de lo absurdo. Sin embargo, en este país en donde las víctimas están condenadas a la impunidad y el olvido, la red se convirtió en la voz unida de rechazo que sacudió las entrañas de toda la nación.

A pesar de lo escabrosa de la noticia, los medios masivos de comunicación, guardaban un prudente silencio; tal vez pasarían la noticia como ‘relleno’ del patrullero de la noche, y así unos cuantos televidentes distraídos se habrían escandalizado por segundos, hasta que apareciera en escena el último chisme de la farándula o el ganador del reality de moda. Ese es el país en el que vivimos. Sin embargo, la noticia cayó en manos de los tuiteros, en pocas horas, la red se llenó de mensajes de horror, y sobre todo de rechazo al conocer los detalles del asesinato de Rosa Elvira, publicados por El Espectador.

Cortesía: Victor Solano

Cada minuto llegaban más y más trinos, cargados de dolor, de rabia, de impotencia, incluso de miedo, así en menos de lo esperado #RosaElvira era Trending Topic en Twitter, la voz pasiva de muchos quienes se limitan a estar detrás de la pantalla, invitaban a la acción, a movilizarse, a rechazar contundentemente el asesinato y la violación, no sólo de Rosa Elvira, sino de todas las mujeres que mueren a diario en Colombia, víctimas de la irracionalidad del hombre. Y así, el pasado domingo, vestidos de luto, muchas de esas personas se encontraron en la 1.0 para decir: Ni Una Más!

Como mujer me uno al rechazo a este, y a todos los tipos de violencia, levanté mi voz y mis letras para condenar no sólo a los hombre despiadados que se creen dueños de la vida y la dignidad de otra persona,  sino a un Estado que cada vez dista más de su obligación de proteger a los ciudadanos. No es justo que una persona esté condenada a la más deplorable de las muertes por no contar con un seguro médico, o porque las autoridades no consideraron suficiente la urgencia de sus llamadas.

Y a su vez, como mujer y amante de las TIC, me atrevo a decir que la red fue la voz que le robaron a Rosa Elvira, que se puede convertir en la expresión de las mujeres, hombres, niños, ancianos, que han perdido la oportunidad de reclamar sus derechos. La red es mucho más que una herramienta para hacer más fácil la vida, es un espacio reacio al olvido, un lugar sin censura en donde se puede decir lo que los medios ocultan.

¿Qué habría pasado si la noticia no se hubiera conocido por las redes sociales? Hoy, me atrevo a decir, Colombia no tendría ni idea quien fue Rosa Elvira Cely, ni quien fue Viviam Urrego, y mucho menos sabrían que a la primera la violaron y empalizaron en el Parque Nacional en Bogotá, ni que a la segunda, su marido celoso la mató a puñaladas en un centro comercial de la capital. Sé que suena crudo y escabroso, pero esa es la verdad. Esa realidad que no siempre es color de rosa, por paradójico que suene.

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