¿Cómo hacer mi hoja de vida? ¿A dónde enviarla? ¿Imprimirla o enviarla digital? Esas han sido unas preguntas constantes en mis primeros días de este año. Se acerca la vida real, la cómoda realidad universitaria dejará de existir para mi en menos de cuatro meses, y ese fantasma gigante de conseguir práctica se ha apoderado de mis pesadillas. Pero siempre está allí la web ofreciendo alternativas, y así conocí Linkedin.
Creo que nunca había sentido tanta ansiedad como en este momento. Cuando terminé el colegio tenía muy claro que iba a hacer y que iba a pasar con mi vida. Ahora, aunque tengo metas muy claras, el futuro es más incierto. Sin embargo, estoy convencida de que las cosas no caen del cielo ni las trae la divina providencia: uno tiene que buscarlas.
Por eso he empezado a diseñar una serie de estrategias para dar a conocerme en el campo laboral y poder conseguir las metas que me he propuesto a nivel profesional, y como era de esperarse empecé por los escenarios que más me gustan: las redes sociales. Así fue como llegué a Linkedin.
Hace un tiempo había abierto mi cuenta para explorar la red, sin embargo, para ese entonces mi experiencia era prácticamente nula y mis estudios no iban propiamente muy adelantados. Por eso cree el perfil sin mayor información y lo dejé allí quieto. Pero cuando fui «creciendo» me di cuenta que era importante estar en la jugada. Así que me puse en la tarea de actualizar mi perfil y poner allí todos los elementos que creo que me definen como profesional (incluyendo este blog). Y de nuevo, empecé a tejer redes.
No sé si conseguiré mi próximo empleo a través de Linkedin, pero estoy segura que si mi empleador quiere acceder a mi hoja de vida y estar atento a todas las actualizaciones, sólo tendrá que buscarme allí. Por eso mi consejo, no sólo a los ansiosos practicantes como yo, sino a cualquier profesional, independiente del área y la experiencia, exploren otro escenario social en la web que les puede abrir grandes puertas en la vida.
Esta semana Victor Solano @Solano en Twitter, estuvo compartiendo algunas recomendaciones sobre como presentar las hojas de vida (lo pueden buscar con el hashtag #TipHojaDeVida). Allí entre varias recomendaciones para los clásicos curriculos, apareció el tema de nuestras cuentas en redes sociales. No nos digamos mentiras, las redes sociales no son privadas, y es hora de aceptar que es el primer escenario en dónde nos buscarán nuestros futuros empleadores, por lo tanto hay que mantener la casa bien barrida.
Muchas veces escuchamos que conseguir un empleo es muy difícil, hay miles de historias de profesionales que terminaron vendiendo empanadas o manejando un taxi. Pero creo que el problema no es la falta de oportunidades, sino la cantidad de personas que se dejan vencer cuando se encuentran con el primer obstáculo. Hay que intentarlo todo, pero sobre todo, hay que mantenerse a la vanguardia del mercado, siempre en constante aprendizaje y tejiendo redes con los demás profesionales de tu sector.
*Infografía creada por la Universidad de San Sebastián en Chile