¿Innovación?

El mundo 2.0 nos ha metido en una carrera loca de nuevas ideas, hoy día todos quieren innovar, adaptarse a las nuevas dinámicas y hacerlo de la forma más rebelde y llamativa posible. Sin embargo, algunos han olvidado la esencia de la innovación y simplemente siguen haciendo lo mismo de antes pero en una plataforma digital.

Últimamente mi bandeja de entrada vive llena de invitaciones de diversos medios de comunicación, pequeños, grandes, gigantes y microscópicos, que lanzan sus plataformas digitales y afirman que están cambiando la historia del periodismo, me invitan a conectarme con ellos a través de redes sociales y claro a que haga parte de la transformación. Son mensajes que llenan de esperanza y adrenalina… Pero que no quedan en nada cuando descubres que no existe tal ‘revolución’.

En la mayoría de los casos (no en todos, hay quienes si han entendido el mensaje) no existe un verdadero cambio, simplemente han llevado a una plataforma digital lo que ya hacían en medios análogos; un periódico que sigue cerrando a cierta hora, que se actualiza cada mañana y que no involucra más que texto y fotografías, no ha innovado, sólo ha subido sus contenidos a un sitio web. Y ¡voilá, no hicieron nada!

La sonada crisis de los medios de comunicación, que viene atormentando a empresas mediáticas desde hace más de una década ha hecho que muchos directivos tomen decisiones equivocadas y que uno que otro emprendedor mediocre haya encontrado la forma de crear algo nuevo sin necesidad de hacerlo. Hoy día es prácticamente impensable un medio de comunicación pensado bajo las lógicas de los medios de hace 10, 15 o 20 años.

Y no se trata sólo de medios, se trata de empresas, organizaciones de toda índole, incluso las fundaciones; todas, independientemente del campo de acción deben adaptarse a un nuevo escenario, que trae consigo un sin fin de públicos segmentados que cada vez son más exigentes y quieren ver cosas realmente innovadoras, revolucionarias, esas que hacen vibrar e incluso soltar un par de lágrimas emocionadas por un cambio mundial.

La innovación no implica grandes procesos, ni genios inspiradores, sólo pensar en nuestro público, acercarnos a él y decirles ¡Mira, te regalo esto para que tu vida sea más fácil y mucho más divertida! Hoy los públicos queremos marcas y medios que nos hagan participes, que nos permitan interactuar con ellos. Por favor no crean que repitiendo las mismas cosas del 1.0 nos engancharán en el 2.0. No sean facilistas.

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Ahora si al grano, todo este rollo que sale después de meses de escuchar discursos innovadores donde no existían, esta semana me encontré con una campaña que literal me hizo ‘erizar’, emocionar, y sentir completamente parte de un mundo revolucionario. Se trata de M-24, un proyecto del canal local Telemedellín, que busca que durante 24 horas sean los ciudadanos quienes construyan la parilla televisiva, que por primera vez sea el ciudadano quien (realmente) decida (y construya) lo que pase en la pantalla.

La invitación es a que todos, así sea desde lejos, estemos pendientes de esta iniciativa, desde su campaña, hasta sus resultados. Les prometo otro post al respecto.

Innovar si se puede, y no es tan complicado como parece.

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