Escena típica: vamos con un grupo de amigos a comer a un restaurante, llega la cuenta y empieza la división «a cada uno nos toca de a tanto» y siempre hay alguien que no tiene efectivo (o que acumula millas con la tarjeta de crédito) que dice «yo pago y ustedes me dan la plata» ¿Se les hace conocida esta situación?
Desde que se popularizó la aplicación móvil de Bancolombia, al menos en Medellín donde un gran porcentaje de los ciudadanos tenemos cuenta en este banco, esa fue la solución para este momento. Yo pago y los demás inmediatamente desde el celular me hacen una transferencia y queda listo. No hay que salir a buscar un cajero en la mitad de la noche, ni esperar a llegar a la casa para inscribir la cuenta (y esperar a que la activen) ni mucho menos esperar a otro encuentro a que el amigo te pague la cuota. Y obviamente este es sólo uno de los casos en los que la app nos salva la vida.
Así fue como Bancolombia entendió la oportunidad y esta semana nos sorprendió a todos con las transferencias por código QR. Lo cual simplifica aún más el asunto. Se repite la escena anterior, sólo que ya no le tengo que dictar a todos la cuenta, únicamente entro a la aplicación y genero un código con la información necesaria para mi transferencia, lo comparto con todos y como dirían por acá «listo el pollo».
¿Por qué a nadie se le había ocurrido antes? Es la pregunta que muchas veces nos hacemos cuando vemos este tipo de servicios, y me atrevo a decir que en la carrera desesperada de la innovación nos pusimos siempre a pensar en cosas gigantes y olvidamos los detalles. Innovar no es volver a inventar la rueda, es encontrar formas para que la rueda se vuelva algo más que una «simple rueda».
Vale la pena analizarlo con calma, ver que estamos haciendo para mejorar la experiencia de nuestros usuarios (no sólo a nivel digital, esto implica todo el ecosistema de una marca) qué es lo que ese usuario está buscando para hacer su vida más fácil, cómoda y divertida. Estoy segura que encontraremos un montón de ideas pequeñas que no implican altos niveles de desarrollo ni presupuestos desbordados y que muy seguramente harán que nuestros usuarios se enamoren cada vez de las marcas.
Aprovecho esta entrada para recordarles que estamos celebrando nuestro tercer aniversario y que todas las #NiñasTIC están invitadas a participar como cada año con sus entradas, esta vez, hablando justamente de esto: de esos pequeños detalles que nos enamoran de lo digital