Esta semana mientras twitter estaba revolucionado con las voces de miles de colombianos indignados por la descarada reforma a la justicia aprobada por el congreso, recordé está conferencia TED de Clay Shirky sobre las redes sociales y los movimientos que pueden desencadenar: perfecta para la situación.
A raíz de la controversial Reforma a la Justicia aprobada por el congreso colombiano la semana pasada, el pajarito de Twitter tuvo mucho trabajo, esta red social se convirtió en el escenario perfecto para congregar a la ciudadanía alrededor de un movimiento que busca no sólo derrocar la reforma, sino abrir los ojos de un país.
Desde la marcha contra las FARC convocada para el 4 de febrero de 2008, las redes sociales en Colombia se han convertido en un referente para la movilización de ciudadanos, bien sea para rechazar la violencia, debatir sobre decisiones gubernamentales o promover ideologías políticas. Sin embargo, las conversaciones que se dan este espacio, relativamente nuevo, no encuentran eco en el 1.0 o lo que algunos llaman ‘la vida real’. Es muy fácil expresar opiniones y criticar desde la comodidad del teclado, pero cuando se trata de buscar soluciones, proponer alternativas y realizar movimientos organizados, se necesita de mayores esfuerzos que no muchos están dispuestos a hacer.
Uno de los factores esenciales de la democracia consiste, justamente, en otorgar a la ciudadanía los medios para pronunciarse sobre las decisiones que toman los gobernantes, que ellos mismos eligieron. Sin embargo, esa democracia ideal que heredamos de la antigua Grecia, es cada vez más utópica, y en países como Colombia se convirtió en la herramienta más descarada de hacerse rico y poderoso.
Tal vez, esa sea la razón para que redes sociales como facebook y twitter, a pesar de no ser concebidas para tal fin, se hayan convertido en los canales de expresión ciudadana cada vez más escasos e ineficientes de los sistemas políticos de hoy en día. Aún así, es justo realizar una serie de reflexiones sobre lo que podría ocurrir, en una caso particular como lo es la contrarreforma a la justicia.
- Es necesario pasar de lo virtual a lo tangible: Como decía anteriormente, es muy cómodo sentarse detrás de una pantalla y pasar horas escribiendo diatribas en contra del gobierno y sus decisiones; sin embargo, un TT no será tenido en cuenta por las altas cortes, ni mucho menos es considerado un mecanismo legal de expresión ciudadana. Por ese motivo, el mayor reto de todas aquellas personas que se han sumado a la organización del movimiento, es convertir esos trinos en firmas, generar debates de más de 140 caracteres, informar y educar. Es necesario volver a lo más básico.
- Delimitar los contenidos: A pesar de los constantes errores del gobierno y la desfachatez de los congresistas, hay que centrarse en un sólo objetivo que es la contrarreforma, de lo contrario el movimiento perderá sus limites y sus esfuerzos se irán por las ramas hasta desperdigarse en un sin fin de problemáticas.
- ¿Cómo responderá el gobierno? Tal vez no lleguemos a decisiones tan radicales como las del gobierno Chino, cuando luego del terremoto de Sichuan la ciudadanía empezó a denunciar irregularidades en la contratación de edificaciones escolares; pero el gobierno deberá responder ante el clamor de su pueblo. ¿Quién lo hará? ¿Cómo lo hará? Son las preguntas que quedan en el aire, pero que tarde o temprano, tendrán que ser enfrentadas por los voceros públicos.
Estos son sólo tres puntos de muchos que creo que merecen la reflexión por parte de cada uno de los colombianos que se unan a un movimiento, que nacido en la virtualidad de la red, busca convertirse en parte de la historia. Espero, convencida del poder de la ciudadanía, que ese clamor pase del trino al referendo. Que salgamos a recolectar firmas, a explicarle a los menos informados qué es lo que está pasando; porque, como lo he dicho innumerables veces, la paz y la justicia se construyen en red.
P.S. Si quieren unirse al movimiento que convoca al referendo revocatorio de la Reforma a la Justicia puede descargar los formularios acá y seguir las cuentas oficiales en facebook y twitter.
Hay que avanzar frente a la legislación de las redes sociales, ver la forma que sean cada vez más transparentes, que cada expresión tenga una identidad verificable y por ende cada acción tenga la misma validez de la vida offline. Las redes debe dejar de ser trincheras de anónimos para que sean confiable y su función básica debe ser de acortar distancias para unir voluntades.